martes, 27 de noviembre de 2012

FAMILIA COMO ADMINISTRADOR DE CUIDADOS


Tengo un paciente, 70 años, fumador y bebedor habitual. Ingresa por un intento autolítico mediante la ingesta de pastillas de ácido valproico, debido a una discusión con un miembro de su familia. 
Portador de una sonda nasogástrica, una sonda vesical, dos vías venosas periféricas, monitorizado y con contenciones mecánicas. 
Dicho paciente presenta durante todo el turno bajo nivel de conciencia y mucha agitación.

Aún con la medicación pautada para disminuir la agitación y las medidas de contención, el paciente sigue muy nervioso y agitado. En dos ocasiones le tenemos que canalizar otras vías porque se las ha arrancado.
Una de las veces que empezó a intentar deshacerse de todos los cables y todo lo que tenía puesto, me levante y simplemente le hablé tranquilamente y le cogí la mano. Fue un gesto que me salió sin pensar, el hombre inmediatamente me miró y, aunque no habló, vi en su mirada que eso era lo único que necesitaba, un poco de atención y de comprensión. Cerró los ojos y se quedó dormido, me quedé un ratito con él, abrió los ojos asustado y cuando me vio allí, sonrió y los volvió a cerrar. El paciente tenía una deprivación alcohólica, se le ponían fármacos para ayudarle, pero muchas veces lo que verdaderamente hace falta es contacto con el paciente. En este caso era más efectivo el contacto y la confianza que el administrarle o no un Tranxilium. 

Esto me llevó a pensar en su familia, minutos antes había pasado a visitarle su hijo, casi ni se acercó a la cama, casi no habló con él,...Se dirigió al médico para interesarse por su salud y a los cinco minutos se fue.
 
En el caso de este paciente, ¿no se podía haber quedado la familia con él? ¿ no podría la familia hacerle mejorar? Lo que yo hice ¿no lo haría mejor la familia?

La observación es una zona de la urgencia en la que, en muchas ocasiones, es muy limitado el tiempo de visitas. A ser posible, en algunos casos, sería beneficioso un horario de visitas flexibles, en la que por mútuo acuerdo, entre profesionales y familia, se determine la duración y el número de visitas del paciente. 
Las visitas familiares y el contacto con el personal de la urgencia que les atiende disminuye el estrés y la ansiedad del paciente y de la misma familia, así como mejora los resultados y disminuye el riesgo de complicaciones en los pacientes.
A la vez que es beneficioso para el paciente, es beneficioso para todo el equipo. Por ejemplo, al establecer un horario de visitas flexibles se acomodan mejor las responsabilidades familiares que puedan existir fuera del hospital y el cuidado del enfermo, así como se mejora la comunicación entre familia y profesionales.

La familia, sólo con su presencia, ya está cuidando al paciente, como enfermeras debemos enseñarles qué actitud deben adoptar, cómo deben acompañar al paciente y enseñarles a comunicarse con él. La familia sobre todo contribuye al cuidado del paciente dándole apoyo emocional.
Los profesionales debemos dar información sobre el entorno y actuar de una forma que se adapte a las características y necesidades de cada paciente y su familia.

Como conclusión creo que la presencia de la familia, siempre que sea posible debe considerarse como un cuidado esencial, que mejora la calidad de atención y contribuye a una mejor recuperación de los pacientes. En este caso, no puede hacer mucho, los familiares no volvieron a aparecer y yo, como alumna, tengo muy poca voz dentro de la unidad. Espero que cuando yo sea una enfermera más, poder hacer algo en este tipo de situaciones, luchar por el confort y el bienestar de esos pacientes, que necesitan un cuidado un poco más centrado en ellos y no sólo en su patología.

No hay comentarios:

Publicar un comentario