martes, 23 de octubre de 2012


REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR

Justo antes de que acabara nuestro turno en el hospital sonó la alarma de críticos, entró una paciente de 85 años, inconsciente y traída al hospital en el coche de un familiar.

El primer paso del médico fue valorar a la paciente, comprobar que no respiraba y que no respondía frente a estímulos. Al ver que estaba en parada cardiorespiratoria comenzó enseguida las compresiones torácicas. Las enfermeras se encargaban de monitorizar, canalizar vías, extraer analíticas y cargar medicación, mientras que las auxiliares cortaban la ropa para que los demás profesionales pudieran hacer mejor su trabajo.

Al mismo tiempo otro de los médicos se encarga por medio de un guedel y un ambú de ventilar al paciente. 30 compresiones 2 ventilaciones a un ritmo de 100 compresiones minuto.
Se colocó el desfibrilador en la paciente para analizar el ritmo pero no era desfibrilable por lo que se continuó con el masaje cardiaco. El médico enseguida quiso saber información sobre la señora, antecedentes, patologías previas,… unos datos que, a priori, no parecen relevantes viendo la gravedad de la situación pero que son tremendamente importantes. ¿Y si fuera una paciente terminal? Siempre que estés atendiendo a una persona es crucial tener información sobre ella, sea lo que sea que estés haciendo.

Al bajar los intensivistas relevaron a médico que estaba realizando las compresiones e intubaron a la paciente, tras administrarle tres dosis de 1mg de adrenalina separadas 5 minutos una de otras y ver que no surgía nada efecto se decidió parar con la reanimación. No se sabía cuánto tiempo llevaba en parada antes de llegar al hospital y ya habían pasado unos 15 minutos desde que se comenzó la reanimación, la paciente seguía en asistolia por lo que no se pudo hacer nada más por salvar su vida.

El médico que había comenzado a tratar a la paciente desde que llegó a la puerta de urgencias nos reunió a todas en su despacho para analizar la situación, preguntar dudas,… Nos dio un cursillo rápido de RCP con los puntos clave para llevar a cabo una reanimación eficaz y de calidad.

Lo primero que hay que hacer si te encuentras a una persona inconsciente en la calle es ver si responde, hablarle, sacudirle con delicadeza y comprobar si respira. En el caso de que así fuera se la colocaría en posición lateral de seguridad. Todo ello asegurando la escena previamente, si el lugar no es seguro deberemos trasladar a la persona a un lugar que si lo sea.

Si la persona no respira se abre la vía aérea con la maniobra frente-mentón y se observa si hay algún cuerpo extraño obstruyendo la entrada de aire. En caso negativo se pediría ayuda y se comenzaría con las compresiones torácicas. Las compresiones se realizan colocando el talón de una mano en el centro del tórax de la paciente y la otra mano encima entrelazando los dedos,  continuación, se deja caer nuestro peso sobre el paciente con los brazos extendidos, comprimiendo a un ritmo de 100 compresiones por minuto con una profundidad de unos 4-5 centímetros.
 (maniobra frente-mentón)




(compresiones torácicas)



El tiempo es muy importante cuando se trata de una persona inconsciente  que no está respirando. La lesión cerebral permanente comienza después de tan solo 4 minutos sin oxígeno y la muerte puede ocurrir entre 4 y 6 minutos más tarde. Cuando una persona inicia RCP antes de que llegue la ayuda de emergencia, la víctima tiene una posibilidad mucho mayor de sobrevivir.

Cada 4-5 ciclos de 30 compresiones 2 ventilaciones nos tendrían que relevar ya que el masaje pierde eficacia debido al agotamiento del reanimador. Lo importante (en los pacientes adultos) son las compresiones que no se deberán interrumpir bajo ninguna circunstancia ya que es lo único que ha sido demostrado que es verdaderamente eficaz (junto con la desfibrilación precoz)

Muchas de nosotras no preguntábamos  por qué han parado la reanimación ya que habíamos observado todas que la mujer había dado alguna bocanada de aire como si respirase. El médico nos ha explicado que eso se llama gasping o bocanada agónica y que se trata de una respiración NO eficaz, que es un reflejo del tronco del encéfalo y que es un signo claro de  parada cardiaca.

También una de las dudas que se planteo es que tras dejar la reanimación en el monitor se veían periodos de ritmo. La mujer se encontraba en asistolia y de repente se veía ritmo. Nos explicó que eso puede ser por efecto de la adrenalina que todavía está en el sistema o bien porque el corazón manda impulsos pero no se consigue una contracción eficaz por lo que la paciente sigue en asistolia y sin pulso.

En la vuelta a casa todas íbamos hablando de lo que había sucedido, todas le dábamos vueltas a lo que había pasado y lo comentamos durante la tarde. No fue una forma muy buena de acabar el turno pero aprendimos mucho. La muerte de una persona siempre te deja un mal sabor de boca, ya que, se supone que estudias para cuidarles e intentar salvarles la vida. Por otro lado nos tenemos que enfrentar a la muerte día a día y, como enfermeras, también estudiamos para acompañar a  las personas en su muerte (por ejemplo en pacientes oncológicos terminales). Hay que aprender a llevarlo lo mejor posible ya que nuestra trayectoria como enfermeras no ha hecho nada más que empezar u nos enfrentaremos a la muerte en muchas más ocasiones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario