REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR
Justo antes de que acabara
nuestro turno en el hospital sonó la alarma de críticos, entró una paciente de
85 años, inconsciente y traída al hospital en el coche de un familiar.
El primer paso del médico fue
valorar a la paciente, comprobar que no respiraba y que no respondía frente a
estímulos. Al ver que estaba en parada cardiorespiratoria comenzó enseguida las
compresiones torácicas. Las enfermeras se encargaban de monitorizar, canalizar
vías, extraer analíticas y cargar medicación, mientras que las auxiliares
cortaban la ropa para que los demás profesionales pudieran hacer mejor su trabajo.
Al mismo tiempo otro de los
médicos se encarga por medio de un guedel y un ambú de ventilar al paciente. 30
compresiones 2 ventilaciones a un ritmo de 100 compresiones minuto.
Se colocó el desfibrilador en la
paciente para analizar el ritmo pero no era desfibrilable por lo que se
continuó con el masaje cardiaco. El médico enseguida quiso saber información sobre
la señora, antecedentes, patologías previas,… unos datos que, a priori, no
parecen relevantes viendo la gravedad de la situación pero que son tremendamente
importantes. ¿Y si fuera una paciente terminal? Siempre que estés atendiendo a
una persona es crucial tener información sobre ella, sea lo que sea que estés
haciendo.
Al bajar los intensivistas relevaron
a médico que estaba realizando las compresiones e intubaron a la paciente, tras
administrarle tres dosis de 1mg de adrenalina separadas 5 minutos una de otras
y ver que no surgía nada efecto se decidió parar con la reanimación. No se
sabía cuánto tiempo llevaba en parada antes de llegar al hospital y ya habían
pasado unos 15 minutos desde que se comenzó la reanimación, la paciente seguía
en asistolia por lo que no se pudo hacer nada más por salvar su vida.
El médico que había comenzado a
tratar a la paciente desde que llegó a la puerta de urgencias nos reunió a
todas en su despacho para analizar la situación, preguntar dudas,… Nos dio un
cursillo rápido de RCP con los puntos clave para llevar a cabo una reanimación
eficaz y de calidad.
Lo primero que hay que hacer si
te encuentras a una persona inconsciente en la calle es ver si responde,
hablarle, sacudirle con delicadeza y comprobar si respira. En el caso de que
así fuera se la colocaría en posición lateral de seguridad. Todo ello
asegurando la escena previamente, si el lugar no es seguro deberemos trasladar
a la persona a un lugar que si lo sea.
Si la persona no respira se abre
la vía aérea con la maniobra frente-mentón y se observa si hay algún cuerpo
extraño obstruyendo la entrada de aire. En caso negativo se pediría ayuda y se
comenzaría con las compresiones torácicas. Las compresiones se realizan
colocando el talón de una mano en el centro del tórax de la paciente y la otra
mano encima entrelazando los dedos, continuación, se deja caer nuestro peso sobre
el paciente con los brazos extendidos, comprimiendo a un ritmo de 100
compresiones por minuto con una profundidad de unos 4-5 centímetros.
(maniobra frente-mentón)
(maniobra frente-mentón)
El tiempo es muy importante
cuando se trata de una persona inconsciente
que no está respirando. La lesión cerebral permanente comienza después
de tan solo 4 minutos sin oxígeno y la muerte puede ocurrir entre 4 y 6 minutos
más tarde. Cuando una persona inicia RCP
antes de que llegue la ayuda de emergencia, la víctima tiene una posibilidad
mucho mayor de sobrevivir.
Cada 4-5 ciclos de 30
compresiones 2 ventilaciones nos tendrían que relevar ya que el masaje pierde
eficacia debido al agotamiento del reanimador. Lo importante (en los pacientes
adultos) son las compresiones que no se deberán interrumpir bajo ninguna
circunstancia ya que es lo único que ha sido demostrado que es verdaderamente
eficaz (junto con la desfibrilación precoz)
Muchas de nosotras no
preguntábamos por qué han parado la
reanimación ya que habíamos observado todas que la mujer había dado alguna
bocanada de aire como si respirase. El médico nos ha explicado que eso se llama
gasping o bocanada agónica y que se trata de una respiración NO eficaz, que es
un reflejo del tronco del encéfalo y que es un signo claro de parada cardiaca.
También una de las dudas que se
planteo es que tras dejar la reanimación en el monitor se veían periodos de
ritmo. La mujer se encontraba en asistolia y de repente se veía ritmo. Nos
explicó que eso puede ser por efecto de la adrenalina que todavía está en el
sistema o bien porque el corazón manda impulsos pero no se consigue una
contracción eficaz por lo que la paciente sigue en asistolia y sin pulso.
En la vuelta a casa todas íbamos
hablando de lo que había sucedido, todas le dábamos vueltas a lo que había
pasado y lo comentamos durante la tarde. No fue una forma muy buena de acabar
el turno pero aprendimos mucho. La muerte de una persona siempre te deja un mal
sabor de boca, ya que, se supone que estudias para cuidarles e intentar salvarles
la vida. Por otro lado nos tenemos que enfrentar a la muerte día a día y, como
enfermeras, también estudiamos para acompañar a
las personas en su muerte (por ejemplo en pacientes oncológicos
terminales). Hay que aprender a llevarlo lo mejor posible ya que nuestra
trayectoria como enfermeras no ha hecho nada más que empezar u nos
enfrentaremos a la muerte en muchas más ocasiones.
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